Mujeres y negras, las figuras ocultas de la NASA

 

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Las protagonistas de la película en el Centro Espacial Kennedy de Florida. NASA.

Ser mujer negra en los años 50 no era fácil en Estados Unidos. Ni siquiera para mentes tan brillantes como las de las protagonistas de la película Figuras ocultas (Hidden Figures), que lograron destacar en la NASA en plena carrera espacial.

Basada en el libro homónimo de Margot Lee, Figuras ocultas cuenta la historia real de Katherine G. Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson. Estas tres afroamericanas tenían una sólida formación científica y comenzaron trabajando junto a otras mujeres negras como «calculadoras humanas» en la NACA, el organismo predecesor de la NASA.

Su tarea era realizar las operaciones necesarias para los estudios y misiones espaciales, contando tan sólo con sus cerebros y una calculadora. Pero la capacidad y ambición de Johnson, Vaughan y Jackson iban más allá, aunque para demostrarlo tuvieron que enfrentarse a una doble barrera: la del machismo y el racismo.

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Katherine Johnson en 1966. Wikipedia.

Katherine G. Johnson, interpretada por Taraji P. Henson, fue transferida a la División de Investigación de Vuelo, que por aquel entonces intentaba superar a la URSS en la carrera por enviar un hombre al espacio. La reclutaron por sus conocimientos en geometría analítica y acabó calculando las trayectorias y ventanas de lanzamiento de los primeros vuelos espaciales tripulados de Estados Unidos.

 

Por el camino se topó con la segregación racial, que la obligaba cada día a recorrer casi un kilómetro para llegar hasta los aseos reservados para las mujeres «de color», como puede verse en la película. O con el machismo, que en un principio la dejó fuera de las reuniones de ingenieros. Su fiabilidad era tal, que el propio John Glenn –el primer astronauta estadounidense que orbitó la Tierra- se negó a despegar si Johnson no comprobaba los cálculos realizados por un ordenador electrónico.

Dorothy Vaughan (Octavia Spencer), por su parte, sufrió la discriminación de ejercer como supervisora de las «calculadoras humanas» sin ser ascendida ni retribuida por ello. Fue una visionaria y cuando los primeros ordenadores IBM llegaron a las instalaciones de la NASA se percató de que pronto sustituirían el trabajo que ella y sus compañeras hacían. Así que se dedicó a aprender programación por su cuenta y a formar a su equipo, garantizando su permanencia en la NASA.

La tercera protagonista, Mary Jackson (Janelle Monáe), tuvo que recurrir a los tribunales para convertirse en la primera ingeniera negra de la NASA. Por aquella época el estado de Virginia todavía era segregacionista y necesitó el permiso de un juez para poder asistir a clases nocturnas y obtener el título.

Figuras Ocultas merece la pena no sólo por la historia que cuenta sino por cómo la cuenta. Es ágil, tiene muchos momentos de humor y una magnífica banda sonora, además de contar con Kevin Costner y Kirsten Dunst en el reparto. Y los fans de Big Bang Theory disfrutarán viendo a Jim Parsons (Sheldon Cooper) encarnando a un científico obligado a admitir que no es el mejor en lo suyo.

La película habla de la injusticia y la superación personal, pero también refleja la trepidante carrera que protagonizaron Estados Unidos y la URSS por llegar al espacio, con las consiguientes dosis de patriotismo y  presión para los científicos. Y nos recuerda el esfuerzo y trabajo que supuso poner en órbita a un ser humano, por más que hoy haya dejado de parecernos una hazaña.